Es tonta la discusion para decantar si un Dj es un músico o no.
Pero lo que si voy a decir que cada una de estas profesiones tiene su encanto, y el trabajo de ambos
(tanto del dj, como del músico) puede ser tranquilamente considerado como un arte.
Voy a dejar un fragmento de un libro muy interesante, para que puedan apreciar cual es la principal tarea de un dj, para aquellos que quizas no lo tenga muy claro:
Los DJ atrapan la grandeza de la música y la comprimen. Como el chef que selecciona las mejores cerezas de cada árbol para cocinar su pastel, un DJ condensa el trabajo y el talento de cientos de músicos en una sola actua- ción concentrada. Los DJ mezclan todo lo que es bueno y adecuado, y por eso los admiramos tanto. Y lo hacen en su justa medida, y no sin ton ni son, ni buscando un sonido fácil; cuando escuchas a un DJ, lo que recibes es una actuación única, per- fectamente adecuada al momento en que se produce. Los buenos DJ no se limitan a pinchar buenos temas, sino que piensan a conciencia en el momen- to, el lugar y la gente que tienen delante para realizar la elección perfecta. Ésta es la verdadera habilidad del DJ, que no se da fácilmente. Conocer la música, encontrar la música y comprender la música son cosas que pue- den llevar años de trabajo. Pero una vez que has empezado nunca dejas de aprender. El verdadero trabajo de un DJ tiene lugar entre bastidores, re- buscando en oscuras tiendas de discos, devorando interminables listas e intimidatorias pilas de discos, y husmeando las maravillas que contienen. Rara vez pinchar se convierte en un trabajo duro, pero la búsqueda de dis- cos y el acopio de los conocimientos necesarios para hacerlo bien suponen un trabajo a jornada completa. Otra gran tarea consiste en aprender acerca de la gente. Tú conoces tus propios gustos musicales; ahora se trata de comprender los gustos de los demás. Y no sólo eso, sino que también debes aprender algo sobre sus sensaciones, aquello que les hace reír, bailar y enloquecer. Una vez más, todo esto lleva tiempo y requiere experiencia. Tu cerebro tiene que regis- trar y clasificar las muy diferentes emociones que puede provocar la músi- ca. Un buen bibliotecario sabe en qué estantes se guardan los libros más eróticos o más revolucionarios; un gran guitarrista sabe cómo encontrar las mejores notas. Un gran DJ, por su parte, sabe qué discos son los que hacen perder la cabeza a la gente. Un músico, sea o no legendario, se encuentra atrapado en las limitaciones de su instrumento. Pero tú, como DJ, tienes a tu disposición toda la historia de la música grabada. Al contrario que una banda, obligada a hurgar en su re- pertorio anterior (una vez más) y tocar con amplificadores malos, tú puedes elegir entre todos los artistas, temas, mezclas y remezclas habidos y por ha- ber, y puedes reproducir todo eso con una frescura, una nitidez y una perfec- ción de estudio de grabación. Podrías seleccionar los dos compases más inspirados de toda la carrera de un músico y realizar un loop para dar forma a una introducción. O podrías utilizar dos discos grabados con treinta años de diferencia y reproducirlos limpiamente uno al lado del otro...
Fuente: El manual del dj
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