martes, enero 06, 2009

Ser DJ

Bueno como muchos sabran, una de mis hobbies preferidos es incurcionar en el mundo de los djs.
Es tonta la discusion para decantar si un Dj es un músico o no.
Pero lo que si voy a decir que cada una de estas profesiones tiene su encanto, y el trabajo de ambos
(tanto del dj, como del músico) puede ser tranquilamente considerado como un arte.
Voy a dejar un fragmento de un libro muy interesante, para que puedan apreciar cual es la principal tarea de un dj, para aquellos que quizas no lo tenga muy claro:

Los DJ atrapan la grandeza de la música y la comprimen. Como el chef que selecciona las mejores cerezas de cada árbol para cocinar su pastel, un DJ condensa el trabajo y el talento de cientos de músicos en una sola actua- ción concentrada. Los DJ mezclan todo lo que es bueno y adecuado, y por eso los admiramos tanto. Y lo hacen en su justa medida, y no sin ton ni son, ni buscando un sonido fácil; cuando escuchas a un DJ, lo que recibes es una actuación única, per- fectamente adecuada al momento en que se produce. Los buenos DJ no se limitan a pinchar buenos temas, sino que piensan a conciencia en el momen- to, el lugar y la gente que tienen delante para realizar la elección perfecta. Ésta es la verdadera habilidad del DJ, que no se da fácilmente. Conocer la música, encontrar la música y comprender la música son cosas que pue- den llevar años de trabajo. Pero una vez que has empezado nunca dejas de aprender. El verdadero trabajo de un DJ tiene lugar entre bastidores, re- buscando en oscuras tiendas de discos, devorando interminables listas e intimidatorias pilas de discos, y husmeando las maravillas que contienen. Rara vez pinchar se convierte en un trabajo duro, pero la búsqueda de dis- cos y el acopio de los conocimientos necesarios para hacerlo bien suponen un trabajo a jornada completa. Otra gran tarea consiste en aprender acerca de la gente. Tú conoces tus propios gustos musicales; ahora se trata de comprender los gustos de los demás. Y no sólo eso, sino que también debes aprender algo sobre sus sensaciones, aquello que les hace reír, bailar y enloquecer. Una vez más, todo esto lleva tiempo y requiere experiencia. Tu cerebro tiene que regis- trar y clasificar las muy diferentes emociones que puede provocar la músi- ca. Un buen bibliotecario sabe en qué estantes se guardan los libros más eróticos o más revolucionarios; un gran guitarrista sabe cómo encontrar las mejores notas. Un gran DJ, por su parte, sabe qué discos son los que hacen perder la cabeza a la gente. Un músico, sea o no legendario, se encuentra atrapado en las limitaciones de su instrumento. Pero tú, como DJ, tienes a tu disposición toda la historia de la música grabada. Al contrario que una banda, obligada a hurgar en su re- pertorio anterior (una vez más) y tocar con amplificadores malos, tú puedes elegir entre todos los artistas, temas, mezclas y remezclas habidos y por ha- ber, y puedes reproducir todo eso con una frescura, una nitidez y una perfec- ción de estudio de grabación. Podrías seleccionar los dos compases más inspirados de toda la carrera de un músico y realizar un loop para dar forma a una introducción. O podrías utilizar dos discos grabados con treinta años de diferencia y reproducirlos limpiamente uno al lado del otro...


Fuente: El manual del dj




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